Comienza un nuevo reto para el Independiente Santa Fe.
Ya se rompió el hechizo que durante décadas nos azotó como un
equipo que cosechaba más amarguras que alegrías. Sin embargo, la frustrante campaña del 2013 en la que no se consiguió nada pese a cuatro opciones claras que estaban a la
mano, ha encendido las alarmas entre muchos aficionados que no queremos padecer
otra larga travesía sin títulos de
ninguna clase. Esos sinsabores, la preocupación natural
del hincha que va al estadio y el intercambio de opiniones con amigos,
aficionados y periodistas, me impulsaron a escribir este Decálogo que no pretende incomodar a nadie. Su propósito es elemental: tocar las fibras de quienes jornada
tras jornada nos brindan emociones revueltas
con sinsabores. Ahora, si este Decálogo no
llega a sus destinatarios o si ellos lo toman como un panfleto de un aficionado
intrascendente, no me importa. La conciencia, la mía y creo que la de la generalidad de los hinchas, seguirá
tranquila, aunque no estoy seguro si ocurrirá lo mismo con la de ellos. Igual,
como la pelota de fútbol, el mundo seguirá rodando.
1. No depender exclusivamente de la aduana
de Omar Sebastián Pérez. Si se
mantiene el modelo 'libreteado', parecido al de la Selección Colombia de los años 90, el equipo siempre será previsible.
2. No despreciar a ningún rival. Las experiencias de los últimos años con Itagüí, Huila, Cúcuta y Alianza, han mostrado un desprecio de los
jugadores hacia equipos que suponen pequeños.
3. Jugadores y técnico deben
desterrar la idea del equipo perezoso, displicente y sobrador que no entretiene
a nadie. Es necesario recuperar la tradicional garra santafereña.
4. Wilson Gutiérrez debe tener
un chip de reacción inmediata para leer en tiempo real las
dificultades de los partidos y no esperar hasta el entretiempo o el minuto 85 para hacer modificaciones.
5. Gutiérrez también debe corregir un error eterno de Santa Fe: no saber ganar los rebotes defensivos que en lugar de ser una oportunidad de ataque se convierten, casi siempre, en una opción de gol para el rival.
5. Gutiérrez también debe corregir un error eterno de Santa Fe: no saber ganar los rebotes defensivos que en lugar de ser una oportunidad de ataque se convierten, casi siempre, en una opción de gol para el rival.
6. Los partidos comienzan en el primer
segundo y terminan cuando el árbitro disponga. Abundan los casos de
encuentros perdidos por descuidos iniciales o exceso de confianza a pocos minutos
del final.
7. Todos los campeonatos son importantes.
Los últimos dos años dejaron la sensación equivocada de que para el equipo, algunos torneos como la Copa Postobón son rellenos.
8. Volver a la cantera. Luego de la buena
'cochada' de los últimos años (Vargas,
Meza, Roa, Torres, Quiñones y Acosta, entre otros) nada nuevo
nacido en el club ha vuelto a surgir.
9. Santa Fe no debe ser escampadero de
jugadores mediocres o decadentes. Por tanto, los que están y quienes lleguen, deben tener sentido de pertenencia
hacia el club, la afición y la ciudad.
10. No repetir le grotesco y dañino espectáculo del presidente Pastrana de vender a una de sus estrellas en vísperas de una
gran final (caso Wilder Medina).
Bogotá, D. C., 20 de enero de 2014.
Vicente Silva Vargas