“Orar, orar y orar”: La fórmula de Sergio Higuita, ganador en Vuelta de España
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Vicente Silva Vargas | Sep 13, 2019
Con apenas 22 años, este ciclista sorprendió a los expertos al triunfar en uno de los tramos más difíciles de la tercera carrera ciclista más importante del mundo
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Tan pronto se bajó de la bicicleta en Becerril de la Sierra, Sergio Andrés Higuita García le dijo al periodista Ricardo Orrego: “No tenía fuerzas, pero tenía algo que me impulsaba la bicicleta”. Y era cierto porque la noche anterior había hablado con su madre, Marleny García, de la fatiga, la dureza de la competencia y la posibilidad de retirarse por una dolorosa lesión en el pie derecho.
Sin embargo, fue ella quien lo animó con consejos y oraciones por teléfono y WhatsApp. “Le dije que tuviera mucha fortaleza, que el Señor lo iba a ayudar y a sanar de ese dolor y que oráramos. Que solo teníamos que orar, orar, y orar. Él había luchado mucho este triunfo y se le había ido por circunstancias ajenas a su voluntad y fue así, el Señor lo ayudó”, relató Marleny a periodistas del Canal Caracol que le preguntaron sobre su “fórmula espiritual”.
Sergio Andrés, que corre para el Education First Pro Cycling Team, de Estados Unidos, le comentó a la cadena Blu Radio que su mamá “es una persona de mucha oración”. “Es entregada y apegada a Dios. Ella siempre me ha inculcado valores espirituales y me levanta el ánimo, incluso cuando estoy en carretera”, recalcó el joven que ha tenido notables participaciones en las vueltas a Polonia, Andalucía y Colombia.
Nacido en el modesto barrio Castilla —al noroccidente de Medellín— asegura que la cercanía espiritual con su madre es muy fuerte ya que con frecuencia le envía oraciones, fragmentos de la Biblia y sus propias oraciones. “Ella me anima y ora muy bonito para que no me pase nada delicado en la carretera, no tenga caídas o sufra accidentes graves”, afirma el pedalista que vive en Torrent, municipio del área metropolitana de Valencia, España.
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El ambiente cristiano en la familia es evidente. Periodistas que se desplazaron hasta la casa de Sergio Andrés tan pronto la radio y la televisión reportaron su extraordinaria escapada de más de 50 kilómetros durante la etapa entre Colmenar Viejo y Becerril de la Sierra, comentaron que Leonardo, su padre, y Laura, la hermana, se arrodillaron y oraron con devoción para pedirle a la Providencia que les diera el triunfo.
La más emocionada era Marleny que según el periodista Mauricio López, de la revista Semana, en el momento más tenso de la carrera exclamó: “¡Ay! mijito, ¡ay! San Judas Tadeo, ¡ay! mi Dios, ayúdenle a mi hijo, que pueda llegar sano y salvo a la meta”.
Una historia repetida… pero hermosa
Con su triunfo en la Vuelta a España, Higuita García pasa a la historia del ciclismo colombiano como el más joven de su país en obtener un triunfo parcial en una de las tres grandes competencias mundiales (las otras son el Tour de Francia y el Giro de Italia).
Su historia personal y familiar tiene asombrosas semejanzas con las de otros pedalistas que de la pobreza y la marginalidad dieron el salto a la fama mundial. Desde los años 80 se saben las proezas de Lucho Herrera, el parco campesino que sembraba flores en Fusagasugá, un pueblo cercano a Bogotá. Y más recientemente se han conocido detalles de la vida de Nairo Quintana, el hijo de modestos agricultores de Cómbita, Boyacá, que todos los días iba a la escuela en una rústica bicicleta en la cual forjó su temple de gran escalador.
A esos ejemplos se suman el de Miguel Ángel López, también oriundo de Boyacá y quien se ganó el apelativo de Supermán porque sobrevivió al ataque armado de delincuentes que querían robarle su bicicleta. De igual manera, es admirable el caso de Rigoberto Urán, medallista olímpico a quien un grupo de paramilitares le asesinó a su padre en la convulsionada zona de Urabá, en el noroeste de Colombia.
El más reciente campeón del Tour de Francia, Egan Bernal, es otro ejemplo de resiliencia. Su padre era un vigilante de la Catedral de Sal, en la pequeña ciudad de Zipaquirá, y su madre, una recogedora de flores. Hoy este campeón de 22 años, dueño de una personalidad muy definida, es uno de los deportistas más conocidos en el mundo y muy pronto será uno de los mejores pagados.
En el caso de Higuita García hay ingredientes casi calcados. Nació en un hogar con notables carencias que él no disimula: “En mi casa no tenía nada. Había escasez de todo. Me ayudaron los padres de otros niños”. La pobreza era tal que su primera bicicleta fue armada con pedazos de otras bicicletas compradas en una chatarrería. Su padre trabajaba como cerrajero y se rebuscaba otros trabajos para ganarse unos pesos que le sirvieran al joven para competir con dignidad pues no tenía buenos uniformes ni zapatillas adecuadas. Mientras tanto, Marleny dejó su trabajo para dedicarse de tiempo completo a los dos muchachos.
Antes de partir a España, Sergio Andrés les prometió a sus padres que cuando empezara a ganar competencias y dinero en Europa les compraría la casa que nunca han podido tener. Por eso se explica que tan pronto cruzó la meta este jueves 12 de septiembre —ganándole a figuras consagradas— alzara los brazos al cielo para agradecerle a Dios la oportunidad de ser ciclista y obtener la victoria en una de las grandes vueltas del mundo.
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